Travis :: The Invisible Band (Independiente, 2001)

Inmersos en melancolía

Tras un exitoso y onírico segundo largo, The Man Who (1999), el cuarteto escocés tuvo la difícil misión de elaborar un nuevo álbum que mantuviese el preciosismo y por supuesto la calidad de su antecesor y bajo esas premisas nació The Invisible Band, un conjunto de romanticismo punzante y de canciones redondas que se convirtió, hasta ahora, en su último mejor disco tras el sonado fracaso de 12 Memories (2003)

The Invisible Band abre con dos grandes canciones llenas de sentimiento como son Sing (acierto total la incluisión del banjo) y Side (mágica, sobrenatural), auténticas demostraciones de la calidad que atesora el grupo, cortes directos, con la sensación de querer escucharlos una vez tras otra, hermanas directas del amor y el misticismo. Pipe Dreams, el siguiente corte, mantiene el aire melancólico del disco en otra pieza inolvidable: "I´d pray to God if there was heaven, but heaven seems so very far from here".

Mientras, y con toda la razón, Flowers In The Window se convierte en un referente dentro de no solo el álbum que nos ocupa sino de la historia de la banda. De nuevo otra canción directa, mucho más alegre y con un estribillo pegadizo. Safe por contra es menos accesible que la anterior pero, personalmente, más compleja y meritoria hasta sobrepasar la mitad del disco con la positiva Follow The Light. Preciosa.

Y si el comienzo del largo era una sucesión de cortes de calidad, el final no iba a ser menos con la inclusión de Last Train, la sensacional Afterglow, la bellísima Indefinitely ("Now i can see the light circling round your reflection... and i´m gonna stay here indefinitely") y cerrando con otra mágica demostración sonora en The Humpty Dumpty Love Song.

Posiblemente Travis alcanzó el techo musical con este The Invisible Band, una sucesión contínua de grandes canciones tan sólo equiparables a las incluídas en The Man Who que bebe de una épica romántica mezclada por las manos de Nigel Godrich e inspirado en los sentimientos de Fran Healy y compañía. Un disco indispensable.