Doves :: Some Cities (EMI, 2005)
Los envidio. Si, envidio a Doves no sólo por su elegancia y talento sino también por haber lanzado dos soberbios LPs como son Lost Souls (2000) y The Last Broadcast (2002) y más tarde la necesaria recopilación de caras b y rarezas Lost Sides (2003) De preciosidad absoluta, su música se mueve por caminos de pop poco explotados, irremediablemente cuando escuchamos algunos de sus temas lo primero que se nos viene a la mente es un paisaje nocturno, llena de bullicio, algunas estrellas en el firmamento y luces de neón. Su sonido se encuentra entre lo épico, amplio, espacioso y onírico pero con absoluto dominio de la situación. Y todo ello hace que resulte muy agradable sentarse en un lugar cómodo y empezar a disfrutar de los de Manchester sin dejar de prestar atención a su música hasta que el disco finaliza. La sencillez de sus melodías se unen a unas atmósferas mucho más complejas, cuando quieres darte cuenta, esta mezcla ha calado en tu subsconciente y es difícil escapar. Premisas que ha heredado el nuevo vástago de la familia formada por Jimmi Goodwin y los gemelos Jez y Andy Williams, Some Cities se presenta apabullante y soñador como el propio grupo que ve como se ha ido conviertiendo en una de las bandas más respetadas y aplaudidas de Reino Unido.
Pocos trabajos pueden competir con el comienzo de Some Cities. La propia Some Cities, de estribillo potente y muy pegadiza, se enlaza perfectamente con la contundencia de Black And White Town que se autoproclama como una de las grandes del disco sin quitar los méritos a Almost Forgot Myself, corte melancólico de indudable belleza gracias en parte a ese coro de recuerda a las ánimas en pena de alguna leyenda de Bécquer. Otras canciones como Snowden se muestran más vivas e inpregnan un frío igual o parecido al que parece indicarnos con su nombre. Un tema que va de menos a más culminado por un halo sobrenatual que te envuelve y no te deja escapar. The Storm nos devuelve a unos Doves más sombríos y menos accesibles y es aquí donde termina esta primera mitad tan difícil de superar e incluso de igualar, como he comentado antes. La otra mitad se divide en la épica, One Of These Days, los pasajes más tranquilos, Walk In Fire y Shadows Of Salford o la psicodelia de Sky Stars Falling cerrando con una oscura Ambition, que te hace flotar y sentirte como si estuviéras en un sueño.
No puedo cerrar esta crítica sin hacer mención a la caja de edición limitada. La portada con respecto a la edición normal adquiere una totalidad rosácea, mucho más viva. También incluye un DVD con documentales y galería de fotos que hará las delicias de sus seguidores. Con todo ello se confirma que Doves han mimado en exceso su nuevo trabajo, no sólo en lo que a nivel musical se refiere, sino también a la presentación y es que creo que los británicos disfrutan como enanos cada vez que se ponen manos a la obra en lo que a nivel artístico se refiere. Un álbum tan trabajado y más cuando el propio oyente nota y disfruta ese trabajo sólo puede ser considerado como obra maestra. No me extrañaría ver el año que viene a Some Cities entre los diez mejores discos de 2005 aunque si existiera un apartado al mérito y al trabajo, sin duda estaría en lo más alto. Y si, lo vuelvo a repetir, quiero ser como Doves.
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